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06 marzo 2009

Hallan culpable al acusado de matar con una catana a su hermana y a su padre

/ On : viernes, marzo 06, 2009/
El jurado delibera durante 48 horas.

El jurado popular, tras deliberar durante 48 horas, emitió finalmente un veredicto que considera al joven Ismael V.S. autor del doble asesinato de su hermana y su padre.

El joven dio muerte a su padre y hermana en junio de 2007 en el domicilio familiar utilizando sendas armas blancas, en el caso de ella un cuchillo de cocina de 15 centímetros de hoja y en el del progenitor una catana o espada samurai de 69 centímetros de filo.

Las cinco mujeres y cuatro varones integrantes del jurado, a quienes se había entregado un cuestionario compuesto por una treintena de preguntas, consideraron probado, por unanimidad, que el joven cometió dos delitos de asesinato con las agravantes de alevosía y parentesco y sin circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, de decir, que es plenamente imputable pues cuando cometió el doble crimen sabía perfectamente lo que hacía.

Además, el jurado rechazó la posibilidad de aplicar al procesado los beneficios de una posible suspensión de la condena y también la concesión de un indulto, veredicto que el aludido recibió, externamente, con absoluta frialdad y sin que se acogiera a su último derecho de expresar unas últimas palabras.

Tras la decisión del jurado, la representante del Ministerio Fiscal tomó la palabra para mantener invariable su petición de penas, a razón de 20 años por cada uno de los dos asesinatos.

Por su parte, la defensa, consciente del nulo margen de maniobrabilidad que le había dejado el jurado, no pudo por menos que dirigirse a la magistrada que presidía la Sala para, al menos, implorar su "indulgencia" a la hora de dictar el fallo definitivo debido a los "padecimientos sufridos" por su patrocinado y a que éste "no ha sido ni un día feliz en toda su vida", fruto del maltrato al que le sometía su progenitor, tal y como advirtió en declaraciones recogidas por Europa Press.

La opinión del jurado es plenamente coincidente con la del Ministerio Fiscal, que había mantenido la tesis de que Ismael era el único autor del doble asesinato, fundamentado en que los cadáveres de sus familiares presentaban el mismo sello de "brutalidad", en referencia a que la hermana recibió quince cuchilladas, ocho de ellas centradas en la zona del corazón, y el padre hasta un total de veintinueve espadazos.

Sobre cómo ocurrieron los hechos, los miembros del jurado, por unanimidad, mantuvieron que fue el acusado quien sobre las 17.00 horas del día 26 de junio de 2007, una vez que su madre se ausentó del piso, sito en el número 79 de la calle Hogar, en el barrio de Girón, para ir a trabajar, se introdujo en la habitación de su hermana cuando ésta se hallaba desprevenida o probablemente dormida y la acometió hasta en quince ocasiones en la zona del pecho con un cuchillo, con la clara intención de acabar con su vida, tanto por la forma del ataque como por la dirección de las lesiones.

Acto seguido, el acusado salió del dormitorio y se apostó en lo alto de la escalera blandiendo una catana con la que esperó a su padre cuando éste, que se encontraba en el salón de la planta baja echando la siesta o viendo la televisión, comenzó a subir las escaleras tras escuchar gritar a la hija.

REMATÓ AL PADRE EN EL SUELO

Al ver asomar su cabeza, Ismael le lanzó un primer golpe que le seccionó la carlota craneal y cortó una rodaja del cerebro. Tras ese primer golpe, que hizo caer por la escalera a la víctima, siguieron otros muchos más hasta un último sablazo de remate que entró por la zona izquierda del tórax del progenitor, quien yacía en ese momento en el suelo boca abajo y sobre un charco de sangre, y salió por esternón tras atravesar el corazón de parte a parte.

Con posterioridad, el procesado colocó el cuchillo de cocina junto al cadáver del padre en la planta baja del piso para dar más credibilidad a la versión posterior que daría sobre que su progenitor había sufrido un ataque de locura y había acabo con la vida de su hermana.

Sin embargo, el jurado entiende que Ismael es el autor de ambas muertes y que éstas se produjeron de forma sorpresiva, inesperada y brutal, sin dar oportunidad a las víctimas a reaccionar, y respecto de su estado mental, pese a reconocer la existencia de un trastorno esquizoide de la personalidad, tal y como refirieron los forenses, rechazó que ello afectara a su imputabilidad pues, como así entiende, cuando realiza los hechos sabe lo que hace y es dueño de sus actos.

El letrado de la defensa, quien tan sólo imputaba a su patrocinado el homicidio del padre pero solicitó una sentencia absolutoria al concurrir en los hechos la eximente completa de enfermedad mental, junto con legítima defensa y miedo insuperable, y pidió su internamiento por espacio no superior a cinco años para recibir el tratamiento oportuno, había mantenido a lo largo del proceso que la "clave" del mismo era maltrato o "infierno" al que Luis Mateo V. sometió durante toda su vida a su mujer e hijos y la repercusión que ello tuvo en Ismael y en su estado mental.

El abogado argumentó que no se había presentado una sola prueba que avalara una tesis distinta a la mantenida por la defensa, es decir, la de que el padre mató primero a la hija y que luego su patrocinado, tras escuchar los gritos de su hermana, saliera de la habitación y acabara con la vida de su progenitor para salvarse. "¿Al ver a su padre en la escalera con un cuchillo de cocina en las manos no es lógico que pensara que el siguiente era él?", preguntó el letrado.

Además, buena parte de la exposición realizada por el defensor de Ismael se centró en desacreditar la investigación realizada por la Policía Nacional, cuyos métodos en su opinión, al menos en este caso, en nada se parecen a los de la serie televisiva de CSI, en referencia a que no se llegaron a tomar huellas dactilares de las armas utilizadas en ambas muertes, el cuchillo y la catana, o que por ejemplo tan sólo se analizaran de forma aleatoria en el Instituto Nacional de Toxicología tres manchas de las ropas del padre, en lugar de hacer un exhaustivo informe de todas ellas para averiguar si había ADN de la hija y poder determinar así si ésta murió a manos de su progenitor.

En cambio, como pruebas que podrían avalar la tesis de la defensa citó las fibras de diversos tejidos halladas en las uñas de la hija, compatibles con las prendas que el día de autos llevaba el padre, así como restos epiteliales de María Victoria y Luis Mateo encontrados en el mango del cuchillo de cocina. "¿Por qué no podemos pensar que el padre, empuñando ese cuchillo, pudo trasferir sus epiteliales mientras acuchillaba a la hija?", interpeló igualmente al jurado.

El abogado defendía asimismo la inimputabilidad de Ismael apoyado en el informe de un psiquiatra, el mismo que trató al acusado a partir de 2004 tras protagonizar un intento de suicidio y que certificó que padece una esquizofrenia simple que le impide discernir entre el bien y el mal.

"El único experto en Psiquiatría, además con treinta años de experiencia en la sanidad pública, es el que ha declarado aquí que mi patrocinado no es responsable desde el punto de vista penal", aseveró el defensor, quien pidió al jurado que tuviera en cuenta el maltrato continuo sufrido por Ismael a manos de su padre pues, "aunque nadie tiene derecho a tomarse la Justicia por su mano, los treinta años de sufrimiento que ha tenido hasta ahora no se los quita nadie".




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