Lindsay Lohan, obligada a desintoxicarse para su próxima película

La escandalosa vida de la joven actriz estadounidense nunca ha pasado inadvertida. Sus problemas con las drogas y el alcohol, unidos a la tormentosa relación que mantuvo hasta hace poco con la Dj Samantha Ronson, han sido los culpables de la mala reputación de Lohan.

Este año, sin embargo, la vida parece volver a sonreirle. El director David Michaels la ha elegido para protagonizar su próxima película, The other side, en un papel que en principio estaba previsto que protagonizara la actual mujer de Tom Cruise, Katie Holmes.

El reparto de esta comedia independiente se completa con la participación de dos famosos cantantes, Alanis Morissette y Dave Matthews, así como con la colaboración del popular actor de Cheers y Asesinos natos, Woody Harrelson.

En ella, la joven que saltara a la fama por la película Tú a Londres y yo a California, interpretará a una estudiante que tendrá que pasar el verano trabajando en un intituto científico situado en una lejana isla. Durante su estancia en la isla, conocerá a una extraña comunidad que habita en la misma y será testigo de un terrible secreto.

"Linday es muy consciente de lo que el público piensa sobre ella, pero...

...está realmente comprometida y sabe lo que tiene que hacer para que la gente la tome en serio", aseguraba el director de la comedia, David Michaels, otorgando así un voto de confianza a la actriz. Michael parece confiar plenamente en la polémica Lohan, quien manisfestaba hace poco su intención de encauzar nuevamente su vida cinematográfica.

Su fama de chica mala, así como la poca dedicación y esfuerzo que ha demostrado en sus últimos trabajos, han obligado a sus directores a ponerse firmes con ella. Tanto es así, que no sólo le han exigido que se dedique plenamente a su trabajo en la nueva película, sino que, además, le han obligado a someterse a un seguimiento que evalúe sus niveles de drogas y alcohol en sangre, así como a un estricto control de peso que le haga ganar unos cuantos kilos.

"Los productores quieren que Lindsay muestre el aspecto de una chica normal, sana y saludable, lejos de la imagen esquelética a la que nos tiene acostumbrados últimamente", reveló un fuente interna, a la revista estadounidense Star, "no quieren arriesgarse a que tenga que abandonar el rodaje por culpa de sus problemas", añadió.